Para esto se emplean distintos tipos de equipos, entre los que se encuentran principalmente los de dos tipos: Chancadores y Molinos.
En esta etapa, al mineral se le adiciona agua y otros compuestos que hacen que se adhiera a burbujas que flotan sobre esta, para luego recolectarlas por rebalse y en varias etapas ir aumentando la concentración de este metal.
Luego a la pulpa resultante se le reduce sucesivamente la cantidad de agua mediante un proceso denominado espesamiento, el que además permite recuperar parte del agua adicionada para su re-utilización.
Otra parte del agua pasa a constituir lo que se denomina relaves, los que al no poder ser empleados nuevamente son almacenados en tanques de relaves para su disposición final.
El Concentrado queda así reducido a un polvo grisáceo muy fino.