Son diversas las plantas que juegan un papel significativo en el Budismo.
Las semillas de mostaza también se utilizan en rituales para expulsar demonios y fuerzas negativas.
El loto remite a varios aspectos del camino, ya que crece en el lodo (samsara), a través del agua barrosa, pero aparece inmaculado sobre la superficie (purificación), y finalmente produce una hermosa flor (la iluminación).
[4] Los diez beneficios que emanan de ofrecer flores son: una larga vida, buena salud, fortaleza, belleza, sabiduría, facilidad para progresar en el camino del Dharma, renacimiento en un ambiente placentero, renacimiento como una persona atractiva, con buen cabello y cutis, un cuerpo con olor agradable y relaciones placenteras con los demás.
Por ejemplo, en Abharati, de Akshobhia, el Buda del Este, crecen palmeras y jazmines.