Playa de Llolleo

Esta playa forma parte del sistema humedal de la desembocadura del río Maipo,[1]​ un ecosistema más amplio que incluye al Humedal Ojos de Mar y que en 2010 fue reconocido como un Área Importante para la Conservación de las Aves (AICA) o sitio IBA, por sus siglas en inglés, por BirdLife International, debido a su relevancia como hábitat de aves playeras.

[3]​ Actualmente su existencia está amenazada por el megaproyecto Puerto Exterior de San Antonio, que pretende expandir el puerto actual, eliminando el acceso al mar para más de 130.000 habitantes.

[4]​ A lo largo de su historia, la playa también ha tenido un rol significativo en el ámbito cultural, siendo un concurrido balneario para veraneantes en el siglo XX,[5]​ así como un sagrado sitio ceremonial para las comunidades mapuche-lafkenche, que actualmente reivindican su cosmovisión y protegen la playa como territorio Menoko.

Estos aportes sedimentarios han permitido que la playa mantenga condiciones favorables para su alimentación, contrarrestando en parte el poder erosivo del mar sobre su orilla, fenómeno que es conocido con el nombre de progradación.

Su microclima la ha convertido en un destino para aquellos aquejados de afecciones cardíacas y las personas mayores buscando un refugio más sereno y apacible que otros balnearios cercanos.

En aquella época, las dunas de Llolleo eran una atracción para los habitantes del balneario, como también lo era recorrer la playa o las riberas del río Maipo, donde se podían hacer paseos en bote desde el embarcadero de la Hostería Tejas Verdes.

[11]​El camping fue destacado en el cortometraje “Balnearios Populares” (1972), donde una veraneante lo describió como: Durante esos años, la playa contó con servicios como salvavidas, vestuarios, comercios y paseos a caballo, consolidándose como un balneario muy concurrido.

[13]​En 2010, durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, encabezado por el exministro Felipe Morandé, emitió el Decreto Supremo N°130 que otorgó a EPSA los sectores Bodegas Ex Camanchaca y Cantera, dominios que abarcan casi la totalidad del borde costero de la comuna.

Este hecho generó rechazo ciudadano, con protestas ante el hecho de que San Antonio se convirtiera en una ciudad sin playa,[14]​dado que históricamente, la ciudad ha cedido el espacio costero al desarrollo portuario, primero perdiendo la parte norte de la playa de San Antonio durante la construcción del puerto, después el sector playa de Barrancas y finalmente la playa Montemar.

[15]​ La playa de Llolleo cumple además una función clave al conectar el humedal Ojos de Mar con el Océano Pacífico, facilitando el tránsito de aves playeras que descansan en las lagunas y dunas cercanas, y que se acercan al mar para alimentarse, manteniendo un flujo constante entre estos ecosistemas durante el día y la noche.

[16]​ Este lugar también tiene un alto valor arqueológico debido a la antigua presencia de los pueblos Bato, Llolleo y Aconcagua.

[4]​ La playa de Llolleo es un espacio donde se desarrollan diversas actividades comunitarias orientadas a la interacción con el entorno y la conservación ambiental, incluyendo limpiezas de playa, encuentros artísticos y actividades educativas.

[23]​ Asimismo, la playa ha sido escenario de encuentros artísticos que combinan la reflexión cultural con la protección ambiental.

Chemamüll ubicado en la ribera norte de la desembocadura del Río Maipo, el cual mira hacia la Playa de Llolleo y el puerto de San Antonio. Fue instalada por la comunidad Mapuche Lafkenche de la comuna (Asociación Calaucán), como figura protectora del ecosistema.