A raíz de la construcción del edificio homónimo adyacente, se propició a su vez la reforma de la plaza Bizkaia por parte del Ayuntamiento de Bilbao.
Se perseguía así con las obras ganar comodidad y accesibilidad para el viandante.
Por ello, desaparecieron las pérgolas y las cascadas laterales que caracterizaban a la antigua plaza, creándose un espacio más abierto, con una original fuente de niebla en el centro.
Este elemento, que combina vapor, esculturas (de Juan Asensio) y luz, es obra del arquitecto Lorenzo Fernández Ordóñez.
Esta plaza también cuenta con dos zonas de juegos infantiles.