Lleva su nombre en homenaje al ingeniero cubano Francisco Javier Cisneros precursor del Ferrocarril de Antioquia.
En el sistema español, las plazas principales contenían en su marco los diversos poderes: religioso, económico y político.
Así, optimizar las condiciones de las tierras, abrir calles y plazas, el loteo y la construcción de nuevos proyectos, articulando paulatinamente todo aquello al centro urbano, aumentaba la utilidad del suelo urbano.
Se requería lograr la adjudicación un proyecto importante, que optimizara las condiciones de las tierras.
Dicha Junta procedió a dar cumplimiento a la ordenanza y para ello encomendó la elaboración de la estatua al artista antioqueño Marco Tobón Mejía, quien vivía en aquel momento en París.
[1] Como parte de un proyecto para renovar el centro de Medellín, se realizó en 2002 una convocatoria para recuperar la Plaza de Cisneros, implemetada por la administración del exalcalde Luis Pérez, llamada “Medellín es luz, un poema urbano”, en el cual se seleccionó el proyecto del arquitecto Juan Manuel Peláez, realizándose los diseños en 2003.
[2] La ejecución del proyecto fue en el gobierno del exalcalde Sergio Fajardo, quien en vista de que el proyecto no tenía reversa viable sin perjudicar al municipio, la administración decidió ejecutarlo pero con ciertas modificaciones.
[2] Cada tubo tenía unos anillos muy costosos y por eso se optó por unas aletas laterales que se fabricaron con elementos estándar a 12 y 9 metros de altura.