El Cabildo en el siglo XVII consideraba a todo el sector circundante a la plaza como un lugar céntrico y fue por ello que se prohibió la instalación de una fragua que pretendía un tal Diego Mosquera.
Aun en 1624 seguían allí y la Iglesia se salvo del incendio que provocaron los holandeses, pero la suerte no fue la misma para la casa del Cabildo, que debió esperar muchos años hasta mudarse a la Plaza de Santa Catalina ubicada en la orilla norte del estero de Villamar, en lo que hoy corresponde a la intersección de Malecón y Loja.
[9] Próxima a la plaza se erigía una pequeña lomita y vecina a ella también cruzaban los callejones tortuosos del Ahorcado, Las Velerías, El de Alonso, El Descomulgado y el de la Pesca.
En 1693 nace Ciudad Nueva en el sitio que llamaban Sabaneta que como su nombre explica era un sitio llano libre de matorrales y su amplitud permitía el crecimiento ordenado en formada de damero.
Ya bien entrado el siglo XVIII el vecindario se disponía a celebrar con toros y teatros en la plaza antigua pero el cabildo solo permitió lo último mientras que las corridas se debían celebrar en la Plaza de la Iglesia Mayor.