Pleito de los Delfines

En el juicio también participaron un clérigo de la Inquisición, un notario y varios testigos.

Los participantes se embarcaron y realizaron el juicio en la zona del mar donde ocurrían los problemas.

El abogado defensor utilizó como argumentos en su defensa que los delfines eran criaturas de Dios, tenían derecho a alimentarse y poblaban la zona antes que los habitantes de Candás.

[3]​[4]​ El documento señala que el cronista del rey Felipe IV, Gil González Dávila, publicó este hecho en su libro "Teatro Eclesiástico de la Santa Iglesia de Oviedo".

Es obra de Vicente Menéndez- Santarúa y se encuentra en el parque Maestro Antuña.

Escultura de bronce con un delfín en la parte superior. En los laterales del tronco piramidal que forma la base, pueden leerse las siguientes inscripciones: «Año 1624 1982 Carreño y los marinos de Candás valoran como hecho único el «Pleito de los delfines». «1635 el maestro Gil González Dávila cronista de Felipe IV en su libro «teatro» eclesiástico de la iglesia de Oviedo da cuenta del insólito «pleito de los delfines».
Escultura de 1982 a "El Pleito de los delfines" de Vicente Menéndez – Santarúa Prendes