El pleno dominio, dominio pleno, dominio absoluto o plena propiedad[1] es un conjunto de derechos de una persona (física o jurídica) sobre un bien, normalmente inmueble, que «le otorgan la totalidad de facultades que las leyes reconocen al propietario de algo».
[1] El pleno dominio normalmente se compone del usufructo y de la nuda propiedad.
[1] Estos 2 componentes son separables y se pueden transmitir por vías diferentes.
Por ejemplo, una persona que posea el pleno dominio de un inmueble puede legar a otra el usufructo y vender a una tercera la nuda propiedad.
Pero se puede restituir (técnicamente "consolidarse el dominio") si, por ejemplo, la persona que tenía la nuda propiedad compra el usufructo, o viceversa.