El poema, escrito años después de la batalla, adorna la derrota del estamento militar y el triunfo de Ramsés II, denostando al primero por cobardía y elogiando al segundo por su gran valentía.
El texto del boletín, sobrio y conciso, está acompañado por este otro más descriptivo, de carácter decididamente literario, y que nos ha llegado grabado en el ala derecha de la Gran Sala Hipóstila de Karnak y también escrito en papiro (Papiro Sallier III).
Engañado por falsos prófugos (beduinos que Muwatalli empleaba como espías), cayó en una emboscada y fue rodeado por el ejército enemigo.
Eleva una oración al dios de Tebas, Amón, en quien pone toda su confianza:
Tras combate los generales alaban al faraón y le felicitan por su victoria: