[2] Se caracteriza, igual que otras montañas de la zona como el Castro Valnera, por ser picos con fuertes desniveles y un paisaje muy singular y pintoresco, fuertemente marcado por la actividad glaciar que modeló el fuerte relieve de los valles y montañas.
Además en esta zona están presentes las típicas cabañas pasiegas, que reflejan el tradicional aprovechamiento ganadero de las zonas altas de Cantabria.
[4] Son varias las rutas de montañismo que conducen a la cima del Porracolina.
La más directa y sencilla arranca en el alto de Los Machucos.
[6] Además, existe una variante apenas conocida que consiste en acceder a esta montaña subiendo por su espolón noroeste.