Según Guillermo Valencia Salgado, su principal fuente creativa se encuentra en elementos rítmicos de origen africano, principalmente de antiguas tonadas del pueblo Yoruba, que en el Sinú y el San Jorge dieron lugar al surgimiento del “baile cantado”.
El porro, en su variante orquestada, alcanzó una amplia difusión nacional e internacional en las décadas de 1940 a 1970 gracias a agrupaciones como Lucho Bermúdez, Pacho Galán, Edmundo Arias, Juan Piña, La Sonora Matancera, Billo's Caracas Boys, Los Melódicos, La Sonora Cordobesa, Pedro Laza y sus Pelayeros (que no eran de San Pelayo) entre otras.
Aunque siguen siendo muy populares en las fiestas patronales o de pueblo las bandas pelayeras, que tienen entre su repertorio en mayor porcentaje gaitas y porros.
Esto ocurre al momento en que el bombo queda en silencio y el clarinete toma el rol protagónico.
Estos elementos característicos del porro “palitia'o” no están presentes siempre en todos lo temas.
Igualmente El Gavilán Garrapatero, Soy Pelayero y la Mona Carolina carecen de la danza inicial, lo contrario de un Porro “tapa'o” como Roque Guzmán, que cuenta con las danzas a su inicio y final, sin que por ello sea uno “palitia'o”.