En 2002 sufrió una grave lesión que le hizo perderse gran parte de la temporada.
Las Fire, sin su estrella, acabaron con 16 victorias y 16 derrotas, sin alcanzar de nuevo los playoffs.
Problemas financieros del presidente Paul Allen hicieron que renunciara a adquirir el equipo en propiedad.
Un grupo liderado por Clyde Drexler y Terry Emmert hizo una oferta por 3 millones de dólares, pero no se llegó a un acuerdo,[4] y la franquicia finalmente desapareció.
[5] Con ello, las Fire se convirtieron en la única franquicia que ha pasado por la WNBA en no conseguir alcanzar nunca los playoffs, y junto con las Miami Sol, las de una trayectoria más corta.