Posada de San Julián

La Posada es un edificio propio de la arquitectura tradicional conquense, de dos alturas, huecos regularmente repartidos y enmarcados en blanco, balcones de hierro, fachada policromada en amarillo y blanco y cornisa saliente.

Su distribución interior conserva en parte los elementos de una antigua posada popular: Planta muy irregular, estrechos pasillos, deficiente ventilación y muchos desniveles.

Son dos arquerías con dobles arcos rebajados sostenidos por gruesos pilares cuyas basas y capiteles están tan sólo señalados pero sin decorar.

En la planta baja hay un primer gran espacio rectangular al que se accede por unas dobles puertas.

La planta superior ha quedado muy transformada pues parte de las antiguas cámaras se han utilizado para hacer nuevos dormitorios y baños.