La postcosecha de los frutales de hueso está constituida por el conjunto de estudios fisiológicos y técnicos, que permiten minimizar el deterioro y mantener la calidad y condición del fruto, una vez cosechado.
El comportamiento de postcosecha de los frutales de hueso, también denominados frutales de carozo y que incluyen los melocotones o duraznos, nectarines o nectarinas, ciruelas, damascos o albaricoques, se caracteriza principalmente por: - patrón de respiración tipo climactérico.
- tasa respiratoria baja a moderada según distintos autores.
- relativamente baja vida de postcosecha (de 2 a 6 semanas a 0 °C según especie y variedad), comparada con otros frutos subtropicales como manzanas, kiwis o uvas que pueden durar meses.
Si bien las cerezas o guindas podrían considerarse frutales de hueso, tradicionalmente son tratadas aparte por su comportamiento fisiológico distinto.