Potro de rabia y miel

El disco se compone de tangos, tanguillos, bulerías, pero también estilos de la profundidad de la taranta en la que evoca a Chacón y a El Cojo de Málaga, componen este Potro de Rabia y Miel.

La grabación coincidió con la aparición de su enfermedad terminal, un cáncer de pulmón, el cual acabaría con su vida meses más tarde.

[1]​ Camarón reconocía en una entrevista en el diario El País, que su voz ya se notaba enferma en ese disco.

En el artículo de Miquel Jurado, publicado en el mismo diario el 3 de julio de 1992, se destaca que «esa cruda realidad queda reflejada en una sensibilidad a flor de piel, un dramatismo constante que provoca una vez tras otra el estremecimiento».

El disco tardó 14 meses en grabarse.