Predicable

Aristóteles[1]​ los llamó κατηγορούμενα considerando como criterio para ello la convertibilidad o no convertibilidad[2]​ del sujeto con el predicado, dando lugar a las siguientes: Porfirio en su Isagoge interpretó esta doctrina de una forma un poco diferente.

Consideró cinco predicables, el género, la especie, la diferencia, la propiedad y el accidente.

Esta doctrina porfiriana fue la que se transmitió y tuvo enorme influencia en la Escolástica medieval, dando lugar a una profunda diferencia respecto a la idea de Aristóteles.

En la actualidad la consideración de la lógica como ciencia formal hace perder importancia a estas distinciones.

Sin embargo en el uso del lenguaje y la gramática estas distinciones no vienen mal para mantener un espíritu crítico acerca de los predicados que «ingenuamente» atribuimos a un sujeto gramatical, sin tener en cuenta sus implicaciones significativas cuando dicho sujeto gramatical no es un individuo existente o un conjunto definido de individuos existentes, sino una clase lógica.