En sus recuerdos, se les ocurrió que podían jugar a los bomberos, creando un incendio real para apagarlo.
Solo necesitaban que alguien lo provocase, ese sería Trent Boyett, el chico más malo de todo preescolar, queriendo aceptar hacerlo.
El fuego empieza a quemar por completo la clase de preescolar, mientras que los chicos orinan encima, para intentar apagarlo.
Stan no lo quiere hacer y por eso le toman una foto al trasero de Cartman para que parezcan senos reales.
Después los chicos llegan al hospital donde encuentran las bicicletas destruidas de los muchachos del sexto grado y se dan cuenta de que Trent les dio una buena paliza a todos.
Ella accede solo y únicamente si los chicos le confiesan a la señorita Claridge la verdad de lo ocurrido en el pasado.