Los órganos anarquistas o comunistas eran perseguidos, mientras que los socialistas eran tolerados por el régimen gracias a la colaboración del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y de la UGT (Unión General de Trabajadores) La Prensa Obrera era un instrumento importante para la difusión de ideas y la organización del movimiento obrero, pero también era objeto de persecución y censura por parte del régimen.
[1] Durante estas décadas, los movimientos obreros y sindicales en España experimentaron un crecimiento significativo, especialmente con la fundación de la Unión General de Trabajadores (UGT) en 1888 y posteriormente la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en 1910.
Sin embargo, los limitados recursos económicos y el bajo nivel educativo de los trabajadores significaban que estas publicaciones rara vez generaban suficientes ingresos para cubrir sus costos.
Por lo tanto, era común ver en los periódicos listas de gastos o llamados a la comunidad obrera para contribuir con el financiamiento, ya que las empresas editoriales enfrentaban un déficit constante.
La prensa obrera desempeñó un papel importante en la lucha contra el peligro comunista, difundiendo las ideas del movimiento obrero y organizando la resistencia contra la represión.