Para poder hacerlo, basaron su construcción en las características geográficas del entorno, desviando y canalizando las aguas de manantiales y creando avenidas con las caídas de agua que viajaban a través de montañas y laderas a través de pequeños centros agricultores y sistemas de terrazas escalonadas hasta varios kilómetros a la redonda; un sistema del que hay múltiples rasgos en toda la región del Valle de Tehuacán.
La presa forma una cuenca principal denominada «cuenca Purrón", que desemboca en un canal principal, denominado «canal de Santa María» de 3500 m; a través de este canal los antiguos habitantes podían administrar la cantidad de agua que querían utilizar con fines humanos o para la agricultura local.
Actualmente hace comunicación con el arroyo local "Lencho Diego», cerca de la población Coxcatlán.
[3] Alrededor de estos jagüeyes solían habitar una o más familias dedicadas a cultivar, creando un sistema hidráulico armónico y ecológico.
De esos asentamientos quedan muy pocas huellas humanas, pero destaca la «cueva del Palacio»: una pequeña casa tallada sobre piedra caliza con petroglifos tallados en sus paredes.