Justo el día siguiente, los insurgentes aceptaron la propuesta.
La reunión se daría con antecedentes de una fuerte oposición para realizar un encuentro con los alzados en armas.
Para el caso, el anterior presidente provisional, Álvaro Magaña, en reiteradas ocasiones había expresado su negativa a entablar conversaciones.
Asimismo, entidades como la Alianza Productiva de El Salvador, había manifestado que: «El diálogo o negociación...es una maniobra para ganar tiempo, mientras reorganizan sus filas y reabastecen sus recursos logísticos gastados en la larga lucha con el ejército».
Entre los representantes de la guerrilla se encontraban los abogados Guillermo Manuel Ungo y Rubén Zamora que arribaron al país a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Panameña.