Fue sede del primer obispado y de allí salieron los sacerdotes que fundaron conventos en otras ciudades.
Santiago del Estero es la ciudad más antigua fundada por los conquistadores castellanos en lo que actualmente es el territorio de la República Argentina.
Es por ello que no debe dejarse de lado el contexto y los acontecimientos que precedieron a la fundación de dicha ciudad: A mediados del siglo XVI, el actual territorio argentino se encontraba inexplorado.
Dentro del mismo, existía una provincia indígena llamada por los habitantes originarios como Tucma o Tucumán, donde según leyendas había un reino rico que la imaginación equiparaba al México azteca o al Tahuantinsuyu inca.
Partió con sus hombres en mayo de 1543 y siguiendo el camino del inca que iba al sur, llegó a Chicoana meses después, no lejos del actual pueblo de Cachi en los Valles Calchaquíes.
Allí encontró un modesto y pintoresco poblado indígena, levantado en medio de la selva, muy distinto a la imagen soñada del rico reino.
La marcha se hacía cada vez más sacrificada por el hambre, la sed, los tremendos calores y la hostilidad de los indígenas.
Sin embargo, Rojas continuaba adelante y alentaba a sus seguidores impulsado por la búsqueda de dichas riquezas.
Núñez de Prado sabía que la entrada al Tucumán no sería cosa fácil.
Al ingresar en el actual territorio argentino, y tras superar las dificultades con Villagra, Núñez de Prado tuvo que combatir a los indígenas omaguacas.
Después pasó a los Valles Calchaquíes donde fueron recibidos pacífica y amablemente por los naturales del lugar.
Aquella ciudad que se había fundado, representaba el primer asentamiento español en territorio tucumano.
Una vez instalados, Núñez junto a Martín de Rentería efectuaron exploraciones por la zona.
Esta ciudad fundada en Ibatín tuvo aproximadamente las siguientes coordenadas: 27º 13’ 00’’ de latitud Sur y 65º 35’ 00’’ longitud Oeste.
[5] Tras este cambio, Núñez comenzó con una serie de incursiones separadas dirigidas por Bazán, Rentería y Ardiles.
El Barco II, fundada en los Valles Calchaquíes, tuvo las siguientes coordenadas: 25º 49’ 50’’ de latitud Sur y 65º 54’ 30’’ longitud Oeste.
A ello se sumó que los calchaquíes de la zona eran muy belicosos y además escaseaban los alimentos.
Para esta ciudad también se conservaron los mismos capitulares, más Diego de Torres y Francisco Valdenebro como alcaldes.
Estando instalado El Barco III, se juntaron en Meaja unos 4000 naturales para atacar y destruir la nueva ciudad.
Nunca se pudieron encontrar los restos ni la real ubicación de El Barco III.
Se sostiene que esta ciudad tuvo las siguientes coordenadas: 27º 47’ 47’’ latitud Sur, 64° 13’ 58’’, longitud Oeste.
Cuando este murió, designó a otro sobrino, Rodrigo de Aguirre, que lo había acompañado desde Chile.
Núñez de Prado habría llegado con sesenta hombres, más quince que le proveyó Santa Cruz.
Entre los que sostienen que el fundador fue Juan Núñez de Prado se encuentran: José N. Achaval, Juan Christensen, fray Antonio Córdoba, Orestes Di Lullo, Gastón Doucet, Samuel A. Lafone Quevedo, Manuel Lizondo Borda, Hipólito Noriega, fray Eudoxio del J. Palacio, Francisco M. Santillán, Vicente D. Sierra, Eduardo Martínez Bertolí, entre otros.
También apoyan esta tesis Bernardo Canal Feijóo, Amalio Olmos Castro y Luis A. Ledesma Medina.
Son muchas las discusiones que se han elaborado centrándose en la siguiente cuestión: Santiago del Estero, ¿fue “trasladada” o “fundada”?
“Se ha sostenido que Francisco de Aguirre nunca escribió claramente que él hubiera fundado a Santiago del Estero; tal aserto ha quedado desvanecido con la carta, aún inédita, cuya copia fotográfica acompañamos.
El deán Gregorio Funes, refiriéndose a la actitud siempre patriótica, animosa y predispuesta del pueblo santiagueño, expresó: En el siglo XVI no hubo ciudad alguna en Argentina que pueda hoy ofrecer a la gratitud de la posteridad una probanza de méritos y servicios comparable a la de la heroica Santiago del Estero.
En esta última fecha también recibió la concesión del escudo de armas, que consistía en un castillo, tres veneras y un río.
En sus primeros años, desarrolló una fecunda acción en beneficio de numerosos pueblos por ella fundados.