La prisión se ha utilizado para confinar a miles de prisioneros, tanto civiles detenidos como rebeldes antigubernamentales.
[1][2] Esta prisión, apodada como el "Matadero Humano" (en árabe: المسلخ البشري), cobró la vida de unas 13 000 personas entre opositores sirios, civiles, rebeldes o yihadistas.
Estos pueden ser grupos de trabajadores, empresarios, estudiantes, blogueros, profesores universitarios, abogados, doctores, activistas que defienden los derechos de grupos minoritarios, personas que ayudan a sus vecinos o periodistas.
Las transferencias suelen tener lugar después de celebrar juicios injustos en un tribunal militar secreto.
[3] En entrevistas con Amnistía, los prisioneros describieron los juicios como una farsa por una duración de solo uno a tres minutos.
Le preocupaba que su regreso causaría problemas a su hijo debido a su posición política, pero la Embajada de Siria en Arabia Saudita le había asegurado que esto no sucedería.
El acto desencadenó la furia entre los detenidos islamistas que se apresuraron a recoger las copias del Corán.
Entre los nueve prisioneros asesinados, pudieron identificar a ocho de ellos, entre ellos: Zakaria Affash, Mohammed Mahareesh, Abdulbaqi Khattab, Ahmed Shalaq, Khalid Bilal, Mo'aid Al-Ali, Mohannad Al-Omar y Khader Alloush.
Otros ejemplos van desde testimonios particulares de personas que han estado encarceladas en Sednaya hasta fugas organizadas e investigaciones realizadas sobre el tema.
En el caso de Shogre, un oficial golpeó a diez reclusos recién llegados.
Además, se busca asegurar la preservación de evidencia pertinente que permita determinar responsabilidades a futuro.