Poseía largas patas para moverse con velocidad, y medía unos 1.3 metros de altura, siendo menor que una llama moderna.
Su cuello era más recto que el de Oxydactylus o Aepycamelus.
Los dientes remanentes eran grandes y estabas adaptados para comer vegetación dura.
Esto podría haberle ayudado a caminar por suelo relativamente blando.
[3] Un único espécimen fue examinado para determinar su masa corporal estimada por M. Mendoza, C. M. Janis y P. Palmqvist.