El proceso aprovecha dos propiedades en estado líquido del zinc.
Cuando se agrega zinc al plomo líquido que contiene plata como contaminante, la plata migra preferentemente al zinc.
Debido a que el zinc es inmiscible en el plomo, permanece en una capa separada y se elimina fácilmente.
La solución de zinc y plata se calienta hasta que el zinc se vaporiza, dejando plata casi pura.
Si el oro está presente en el plomo líquido, también puede eliminarse y aislarse mediante el mismo proceso.