En su histología, es muy difícil distinguirlo de los otros "-blastos" (linfoblasto, mieloblasto, monoblasto y megacarioblasto).
Su capacidad de proliferación es más limitada si la comparamos con su estado precedente: el CFU-e.
In vivo, y ya en su etapa como proeritroblastos, las células eritroides experimentan algunas divisiones celulares adicionales, al tiempo que regulan genes para la supervivencia como el Bcl-xL, adquieren y almacenan grandes cantidades de hierro, impulsan la síntesis de la hemoglobina y de otros genes eritroideos (en su mayor parte es un proceso GATA-1 dependiente favorecido por la señalización de EpoR, o receptor de la eritroproteína) y disminuye el tamaño de las células, eliminando en última instancia sus núcleos y liberándolas en el torrente sanguíneo como reticulocitos.
Algunas fuentes consideran sinónimos los términos "pronormoblasto" y "proeritroblasto".
Sin embargo, otras fuentes[1] consideran que el "proeritroblasto" es una fase anterior, que se divide en las dos categorías siguientes: