[2][3] La prostitución forzada, cualquier tipo de burdel o el proxenetismo se consideran delitos graves, mientras que la prostitución voluntaria se considera una infracción contra el orden público (sólo para las prostitutas; los clientes no infringen la ley).
[5] Algunas prostitutas se desplazan a la isla de Hvar, que es un popular destino turístico.
En Zagreb se anunciaba como atracción turística y contribuía a la economía de la ciudad.
Para abrir uno, el propietario tenía que registrarse en el ayuntamiento y recibía una licencia.
Esta exigía que el burdel estuviera bien gestionado y ofreciera un servicio de calidad.
Las mujeres que trabajaban allí debían someterse a un reconocimiento médico dos veces por semana.
[7] Los burdeles más conocidos de Zagreb eran el Kod Zelene Lampe ("Linterna Verde"), que era el más caro, el Pick y el Klub, que tenía cabaret hasta las 5 de la mañana.
El Bijela Lađa ("Vasija Blanca") era conocido por su música de mandolina y su buen vino.
[10] En 2012, el Ministerio del Interior propuso criminalizar a los clientes, pero nunca se presentó al Parlamento.
En años anteriores, los tratantes captaban a niñas croatas en instituciones estatales y las sometían al tráfico sexual.