Las proteínas inactivadoras de ribosomas o RIP (acrónimo del inglés Ribosome Inactivating Protein) son proteínas presentes en un gran número de especies vegetales y también en algunas bacterias y hongos, que provocan la inhibición catalítica e irreversible de la biosíntesis proteica.
Estas proteínas eliminan una adenina específica localizada en el centro de un bucle de ARN ribosómico muy conservado a lo largo de la evolución, que está implicado en la interacción del ribosoma con el factor de elongación 2 en eucariotas o G en procariotas.
[5] Las RIPs también pueden actuar sobre otros sustratos polinucleótidos (como el ARN de transferencia, el ARN mensajero, el ARN viral y el ADN genómico), por lo que estos efectos se han englobado en una única actividad glicosidasa de polinucleótido.
[6] Las RIP se clasifican en dos grupos: Uno de los principales cometidos que se les atribuye es la defensa frente a patógenos (virus, bacterias, hongos y determinados insectos).
También se ha descrito que algunas RIPs ejercen una acción reguladora en las células, deteniendo las funciones vitales de aquellas destinadas a morir.