Publio Servilio Vatia Isáurico (cónsul 48 a. C.)

Isáurico obtuvo el consulado en 48 a. C. junto a Cayo Julio César (dictador perpetuo).

Cuando estalló la guerra civil desertó del partido aristocrático y se unió a César, en su lucha contra los optimates liderados por Cneo Pompeyo Magno.

Vatia contrarrestó la burla pidiendo a su padre que le diera más fuerte como muestra de hombría.

En 46 a. C. gobernó la provincia de Asia como procónsul, tiempo durante el cual Cicerón le escribió varias cartas.

[3]​[4]​[5]​[6]​ Cuando Octavio se prometió con su hija Servilia,[7]​ Isáurico hizo las paces con Marco Antonio y abandonó la causa del Senado.

En consecuencia su nombre no aparece en las listas de proscripción y Cicerón lo llama en las cartas a Bruto, Homo et furiosus insolens.

Cuando se formó el triunvirato en 43 a. C., Octavio rompió su compromiso con Servilia para casarse con Claudia, hija de Fulvia, la tercera esposa de Marco Antonio, y a Vatia se le concedió el consulado en 41 a. C. con Lucio Antonio como colega consular para reparar esta afrenta.