Junto a ellos formaban parte de una amalgama de etnias que realizaron un movimiento poblacional entre los siglos XI y XIV desde el norte siguiendo el curso del río Luvua y se fueron estableciendo en el entorno del lago Moero.
De este encuentro surgió un reino común que estuvo liderado por el jefe bemba Nkuba que consiguió a través de varias dinastías nkuba sostenerse hasta el siglo XVIII.
[7] De las personas nacidas en los matrimonios entre bemba y bwile se originó una nueva comunidad que habita la región, el pueblo shila.
Actividad que se amplió al tráfico de esclavos durante el siglo XIX.
[2][6] Las comunidades bwile participan mayoritariamente en las confesiones cristianas (96 % aproximadamente), aunque mantienen elementos de su religión ancestral.