Es una construcción barroca del siglo XVII que da acceso a los calabozos del palacio.
[1] Debe su nombre a los suspiros de los prisioneros que, desde aquí, veían por última vez el cielo y el mar.
Nada tiene que ver con la acepción romántica que algunos autores han utilizado como recurso poético.
[2] Para acceder al puente hay que seguir el Itinerario Secreto desde el interior del Palacio Ducal de Venecia.
[3] Conocido en el mundo entero, es fotografiado por los miles de turistas que visitan la ciudad.