[1] Al Popayán ser fundada el 13 de enero de 1537, se establecieron las fronteras y se repartieron los solares de tierras entre los recién llegados conquistadores españoles, quienes designaron al caudaloso río Molino como la frontera norte de la ciudad, mientras que el río Ejido lo sería en el límite sur, sin embargo, al hallarse la plaza central más cercana al primer afluente la primitiva población fue dándole más importancia, dado que de aquí se sustraía agua para el consumo diario y se lavaba la ropa en sus orillas.
Tiempo después se trazó formalmente el Camino Real Español que conectaba a Asunción de Popayán con Santiago de Cali rumbo a Santafé de Bogotá, estableciéndose la actual Carrera 6 como la entrada y salida principal de la ciudad hacia el norte, denominándose el sitio como el Camino Real del Portazgo Norte, no obstante, el obstáculo más grande a la que se tenía que enfrentar la ciudadanía payanesa colonial del siglo XVII fue del sortear el ligero cañón que formaba el meandro del río Molino para acceder al centro.
En sus inicios se dedicó al uso peatonal y animal, ya sean vacas, reces o caballos, mulas u otro jumento que se usaban para trasporte de personas o de carga, sin embargo tras la llegada del automóvil al país, a finales del siglo XIX y principios del XX también se adecuó el paso vehicular por el puente, fortaleciéndose así como la principal arteria que unía la ciudad de Popayán con el norte y occidente de la nación.
A inicios de 1900, este puente se consolidó como la principal vía de acceso por el norte a la ciudad, sin embargo con la llegada del ferrocarril a Popayán en la década de los 20 y el arribo masivo de más automóviles a la urbe provocaron que el puente del humilladero se volviera insuficiente para el alto flujo que demandaba la ciudad, además que se vio la necesidad de preservar mejor esta obra, por lo que fueron abiertas más calles sobre la pendiente del cañón, construyéndose más puentes sobre el río Molino, provocando que el rol del puente solo quedara como patrimonial y cultural sobre todo.
[4] Ya en la segunda mitad del siglo XX se decidió cerrar definitivamente el paso vehicular y animal por el puente, dejando solo disponible le peatonal para fomentar su conservación, consolidándose así como uno de los sitios más emblemáticos de la ciudad y como un fuerte atractivo turístico mientras la ciudad aumentaba su reconocimiento a nivel nacional e internacional.