La infraestructura fue proyectada y ejecutada por el arquitecto Hernán Ruiz II, maestro mayor de las catedrales de Sevilla y Córdoba, quien concluyó las obras en 1566, según la inscripción en la clave central.
El puente consta de dos grandes estribos desiguales apoyados en las laderas del cauce, dos pilas centrales de planta rectangular con tajamares semicirculares, dispuestas con los lados mayores al hilo de la corriente, y tres arcos desiguales.
Los arcos laterales, entre estribos y pilas, son de medio punto y avanzan sobre una línea de imposta que recorre los elementos sustentantes.
Tienen una luz de 88 dm y su rosca está ligeramente rehundida.
Sobre los tajamares se ensancha la calzada, generándose una especie de miradores o apeaderos protegidos.