Debía su nombre, según parece, a haber sido aquel el lugar, en que se quemaban los cadáveres de los sentenciados por el tribunal del Santo Oficio.
a esta capital para inaugurarse el día de su llegada conforme al plano que sirvió a la que se construyó en la del Duque, en la plaza de san Miguel.
Era de un solo arco, sin otro mérito que su antigüedad y se dirigía en línea recta a la calle o plaza del Mercado.
Su construcción data del año 1118, en que hizo su entrada por ella Don Alfonso el Batallador.
Junto a la misma puerta había un postigo que tenía salida a la orilla del Ebro y por el cual tomaban el agua los aguadores y demás que la necesitaban.
No tenía mérito alguno artístico: daba salida a las huertas llamadas del término de Almozara y varios pueblos de la orilla derecha del Ebro, en aquella dirección.
Daba salida a la carretera de Valencia, paseos de Casa Blanca, Capuchinos, Campo del Sepulcro y a las muchas torres que había en sus términos.