Tras la adhesión a la liga Guelfa y gracias al cambio político impuesto por los Nueve que removió la ciudad del imperio, Siena era aliada de Florencia.
Con el descenso del emperador Enrique en Toscana hubo varias represalias contra los comerciantes florentinos en Génova y, probablemente con la intención de dañar el comercio florentino, algunos exiliados gibelinos de Siena atacaron Talamone en 1312; en ese momento sin defensas.
Sin embargo, ya en 1320 hubo una nueva agresión, esta vez por parte de los exiliados genoveses, que saquearon a Talamone con una gran cantidad de trigo con destino a Siena, sufriendo en ese momento una hambruna.
En 1339 el puerto fue otorgado por ocho años al genovés Manfredi del Fiesco, conde de Lavagna.
Al enterarse del tratado con Florencia, Pisa amenazó con ocupar el puerto e intentó atacarlo varias veces, fracasando gracias al compromiso de Florencia de proteger su comercio marítimo.
[7] En un período de fuerte inestabilidad política en Siena, se otorgaron más privilegios a todo aquel que quisiera vivir en Talamone y cultivara la tierra.
También para los comerciantes que pasaban, con vistas a remediar el daño causado por la pérdida del tráfico marítimo florentino.
Una vez que los catalanes dejaron el puerto de Siena, al no cubrir la defensa y los guardias el comercio marítimo, en 1385 se decidió otorgar el puerto a una empresa que también se encargaba de mantener las estructuras defensivas.
Los daños causados por la ocupación genovesa fueron enormes y el Consejo General de la Campana aprobó en 1411 que se hicieron los trabajos de reparación necesarios, y lo mismo sucedió en 1416 con Orbetello recientemente conquistado.
El comercio podría florecer nuevamente y al año siguiente también se registró la visita del Príncipe Alonso de Aragón.
Dada la mala condición de Porto Ercole, la concesión a la empresa comercial fue retirada por el Consejo Bell en 1474.
Dado que el Siena no podía tomar Porto Ercole por la fuerza, la República de Siena insistió con gran contundencia en que el Papa Clemente VII devolviera las tierras ocupadas por la fuerza.
Al no obtener respuestas positivas y dada la prolongación de las negociaciones, la República decidió atacar el puerto de escala en 1530, logrando recuperarlo gracias al comandante Cincio Corso.