En 1847 John William Draper determinó que dicha temperatura era de 798 K (525˚ C o 977˚ F).
[1][2][3] Los cuerpos que se encuentran a temperaturas apenas por debajo del punto Draper irradian principalmente en la banda del infrarrojo y a longitudes de onda más largas, y por lo tanto su emisión en el rango visible es ínfima.
Se puede calcular el valor del punto Draper utilizando la ley de desplazamiento de Wien: la frecuencia máxima
p i c o
(en hertz) emitida por un cuerpo negro se relaciona con la temperatura de acuerdo con la siguiente expresión:[4] Sustituyendo el punto de Draper en esta ecuación se obtiene una frecuencia de 46.9 terahertz—que corresponde al infrarrojo, y es en gran parte invisible excepto por un rojo apagado, con una intensidad que es apenas una fracción de la intensidad pico, que es visible al ojo humano.