Punto de autoignición

Cuando una sustancia combustible se oxida espontáneamente, aumenta su temperatura, puesto que la reacción de oxidación es exotérmica.

Conforme aumenta la temperatura se oxida más rápidamente, y desprende calor más deprisa, hasta que en cierto momento, el calor desprendido hace que la temperatura llegue a un punto en el que se produce la ignición (oxidación violenta) y desde ese momento se mantiene la combustión por sí sola.

Se puede producir la autoignición con cierta probabilidad en materias combustibles sólidas (carbón, biomasa, algodón,...), almacenadas en gran cantidad.

En el interior de las pilas o montones almacenados, el calor desprendido por la oxidación no tiene facilidad para disiparse, por lo que la temperatura aumenta y aumenta la oxidación, hasta que la temperatura llega a la de autoignición.

El punto define no solo la temperatura, sino las condiciones del entorno, y cuando se habla de temperatura, se supone que estas son las normales.