Apolo decidió esperar a que cayera la noche, pero Hermes no tuvo tanta paciencia.
Mediante el uso de la magia, hizo que Quíone cayera en un profundo sueño y procedió a violarla.
Como resultado de estas dos visitas divinas, Quíone dio a luz gemelos.
Para vengar este desaire personal, por no hablar de la blasfemia, Artemisa mató a Quíone lanzándole una flecha que le atravesó la lengua.
En el funeral de su hija, Dedalión intentó arrojarse a la pira tres veces, pero fue retenido.