'Quam singulari',[1] Decreto de la Sagrada Congregación de Ritos, del 8 de agosto de 1910,[2] sobre la edad en que los niños pueden tomar la primera comunión.
El Decreto fue emitido en el pontificado de San Pío X.
Los hechos históricos y el magisterio de la Iglesia expueto en el "Quam singulari" prueban que: