Quamquam pluries

[2]​ El papa comienzo señalando la necesidad de implorar la ayuda divina por la situación que atraviesa la Iglesia:

Pues los tiempos actuales no son menos dolorosos que los peores días pues, tal como expone la encíclica se ve disminuir en muchas almas la fe, y enfriarse la caridad y ataques abiertos o solapados contra el mismo Papa.

Planteado así un primer objetivo de la encíclica se anuncia también otro propósito, para hacer más eficaces esas oraciones, invocar junto con la Madre de Dios a San José, lo que agradará especialmente a su castísima esposa.

Recuerda enseguida el Papa los motivos que avalan el patrocinio de San José sobre toda la Iglesia.

Una muestra de que el trabajo del obrero no es nada deshonroso, sino que unido a la virtud puede ser ennoblecido, tal como hizo san José contento con sus pocas posesiones supo pasar las pruebas de la fortuna con magnanimidad.