El papa señala que durante la Segunda Guerra Mundial, usó toda su capacidad de persuasión para poner fin al conflicto y para garantizar una paz basada en la justicia, la equidad y el derecho.
Por lo tanto, se dirige a los obispos del mundo pidiendo ayuda adicional y alivio.
[1] Las órdenes del papa, en cada diócesis católicas, deben dar un día en las oraciones públicas asignadas a advertir a los fieles de esta necesidad urgente, y exhortó a que apoyen con sus oraciones, buenas obras y ofrendas para los niños necesitados y abandonados.
[3] El pontífice señala que estos niños serán los pilares de la próxima generación y por lo tanto es fundamental que crezcan sanos de mente y cuerpo.
Todos deben estar convencidos de que su generosidad no será pérdida sino ganancia.