Una quemadura química se produce cuando el tejido vivo es expuesto a una sustancia corrosiva tal como un ácido fuerte o una base.
[1] Fuentes comunes de quemaduras químicas son el ácido sulfúrico (H2SO4), el ácido clorhídrico (HCl), la soda cáustica (NaOH), la cal viva (CaO), y el nitrato de plata (AgNO3).
Las quemaduras químicas pueden suceder mediante el contacto directo de superficies del cuerpo incluidos la piel y los ojos, inhalación e ingestión.
Las sustancias lipófilas que se pueden difundir en forma eficiente a través del tejido humano, por ejemplo el ácido fluorhídrico, la mostaza sulfurada y el sulfato de dimetilo, pueden no reaccionar en forma inmediata, pero producen quemaduras e inflamaciones algunas horas luego de haber tenido contacto con estas sustancias.
Entre los trabajos en los cuales suelen ocurrir quemaduras químicas por ejemplo se encuentran la fabricación de dispositivos semiconductores, la minería y, la medicina.