Dos esteros que desaguan desde la Laguna Negra y la Laguna de los Cristales, a 2282 msmn en la cordillera de los Andes, originan el breve río Tapado, el que, al confluir con la quebrada La Pandina, originan el río Claro.
En su curso superior, tributan sus aguas las quebradas del Cepillo, proveniente del sector nororiental de la comuna,[2] Aguas Fofas, por el costado norte, Bollenar por el sur y posteriormente El Peralito, La Viuda y La Cortina por el norte.
En años normales y secos, la influencia pluvial pierde importancia, siendo los caudales nivales los más relevantes durante el año, presentándose principalmente en los meses de primavera debido a los deshielos cordilleranos.
[1] El caudal del río (en un lugar fijo) varía en el tiempo, por lo que existen varias formas de representarlo.
Así, en cada caso existe vegetación especialmente adaptada a estas condiciones del medio ambiente, diferenciando los siguientes hábitat ecológicos: laderas de exposición sur, laderas de exposición norte, quebradas, fajas altitudinales y vegas.
[3] Una de las formaciones vegetales típicas corresponde al matorral chileno, que consta con especies arbustivas más o menos altas, en agrupaciones tupidas a veces, y entre las cuales se desarrolla generalmente, un denso tapiz de hierbas.
También es posible encontrar numerosas variedades de plantas medicinales que crecen en la cordillera, tales como el bailahuén.
[3] A orillas del río se observan algunas especies de animales superiores, tales como zorros culpeo, garzas, huairavos, pitíos, codornices y dormilonas, entre otros.