El río nace en la vertiente nororiental del pico Jadzhibéi, en un pequeño lago.
En la desembocadura del río Jadzhibéi, y hasta la su confluencia del Baduk con el Teberdá, P. A. Utiákov registró los restos de edificios individuales.
En la margen izquierda del Jadzhibéi hay una gran cueva natural, cuya entrada estaba cerrada con mampostería artificial.
El yacimiento está cubierto de un bosque que tiene entre 250 y 300 años.
Por esta zona pasaba un antiguo camino a Dombái, en el que se encontraron lápidas individuales, perdidas en el bosque.