Los ríos de aguas claras nacen en áreas de depósitos terciarios o en cordilleras del Paleozoico y son pobres en sedimentos y electrolitos.
La conductividad del agua es baja; el nitrógeno y el fósforo están presentes en pequeñas cantidades.
El fondo de estos ríos es principalmente arena o roca.
La visibilidad bajo el agua alcanza hasta los cuatro metros de profundidad.
En contraste con los ríos de aguas blancas y negras, las inundaciones en los ríos de aguas claras son muy ocasionales, por no decir raras.