Tuvieron cuatro hijos, todos de apellido Baillères González: Raúl, Alberto, Celia y Susana.
A los 20 años, se trasladó a la Ciudad de México y comenzó a trabajar en el sector financiero: con el famoso Julio Lacaud, propietario de la Casa Lacaud, en la agencia del Chase Manhattan Bank y como representante del Equitable Trust Co., de Nueva York.
En los 1930s, aprovechando que la legislación mexicana abrió oportunidades a los inversionistas mexicanos fundó tres instituciones financieras especializadas: Crédito Minero y Mercantil que, como su nombre lo dice, se dedicó al fomento de actividades mineras; Crédito Hipotecario y Crédito Afianzador.
Entre otras empresas, Baillères Chávez fundó Artes Gráficas Unidas; Central de Malta, para la industria cervecera; Química del Rey, productora de sulfato de sodio, componente para procesar detergentes, papel, vidrio y madera; Refrigeración y Congelación, para alimentos y bebidas; Ampolletas; Vidrio Neutro, para producir envases; la Cía.
En ellas participaron varios empresarios, entre los cuales estaban: Ernesto J. Amezcua, Evaristo Araiza, Mario Domínguez, Noé Graham Gurría, Carlos Gómez y Gómez, Aníbal de Iturbide, Pedro Maus, Luis Montes de Oca, Carlos Novoa, Aarón Sáenz y Carlos Trouyet.