El Concilio Vaticano II había reformulado muchas de las prácticas ligadas a la acción pastoral.
Se propuso en su acción pastoral servir a todos desde el profundo encuentro con Cristo y sus hermanos.
Al quedar en libertad, se radicó en Azul, incardinándose en esta diócesis bajo el obispado de Monseñor Emilio Bianchi Di Carcano.
A principios de 1988 fue designado en Tandil al frente de la Parroquia Nuestra Señora de Begoña en Villa Italia y, a los pocos meses, fue nombrado administrador parroquia del Santísimo Sacramento, parroquia en la que aún permanece y trabaja.
Al mismo tiempo, llevó adelante una importante tarea relacionada con la promoción social y la dignidad humana a través del trabajo de Cáritas y con organizaciones sociales.