Jiya emigró de joven a Palestina, y estudió en la Yeshivá del Rabino Yehudah Hanasí (el Príncipe), en la ciudad de Séforis.
Con el tiempo se engrandeció en el conocimiento de la Santa Torá, y como discípulo llegó a ser compañero de estudio del Rabino Yehudah Hanasí, disfrutaba de su aprecio en general, y el Rabino Yehudah Hanasí decía sobre él: "Grandes son los hechos del Rabino Jiya".
El Rabino Jiya, es el autor de la Tosefta, un recopilación de leyes que no fueron incluidas en la Mishná del Rabino Yehudah Hanasí.
Con las redes cazaba ciervos, los degollaba, distribuía la carne de los ciervos entre los huérfanos, con el cuero hacía pergaminos, con los que escribía los cinco libros de la Sagrada Torá.
El Rabino Jiya murió después de la defunción del Rabino Yehudah Hanasí (el Príncipe) y fue enterrado en Galilea.