Fue muy activo en el mantenimiento de los músicos de la capilla y bajo su iniciativa se construyó una tribuna para los cantores que mejoraba la sonoridad del canto y que se ha mantenido hasta nuestros días.
Debido a la frecuencia del cambio de voz entre los infantes, Coloma tenía preferencia por los homines castrati o capons, que contrató en 1589 y en 1591.
[2][1] Esta segunda vez, Coloma obtuvo la dignidad de canónigo dentro del cabildo, lo que le daba un cierto estatus.
Ahora, como muestra de respeto, se le asignó casa propia que estaba ocupada por otro inquilino.
[2] Durante esta segunda etapa realizó un trabajo similar a la primera estancia en la metropolitana de Tarragona.
Pero Gascón partió a Zaragoza con permiso y ya no regresó.
Coloma tuvo que desplazarse a Solsona por causa de su canonicato, donde se asentó definitivamente.
[2] Es autor de motetes polifónicos a cuatro voces: Surrexit Pastor Bonus y Dum sacrum convivium.