El maestro Francisco Reyero había fallecido en ese mismo año dejando el cargo vacante en manos de organista segundo Agapito Sancho como interino.
Se presentaron a las oposiciones, además de Rafael Maneja; Enrique Barrera, «natural de Valladolid», que advertía que no tenía la edad requerida por los edictos; Wenceslao Fernández Pérez; y Luis Tapia.
El cargo sería entregado a Barrera tras muchas dudas y consultas.
[1] El estilo de Maneja era extremadamente conservados, en línea con la música litúrgica española del siglo XIX.
[5] De hecho, cuatro misas breves que escribió en Zamora corresponden a un estilo en línea con la polifonía del siglo XVI.