Ortiz de Zárate procedió a liberar de la cárcel a varios generales y militares conspiradores que habían sido encarcelados por el gobierno, entre otros los generales Barrera y González de Lara.
Tras el fracaso de la sublevación en Madrid partieron hacia Guadalajara varias columnas de milicianos, policías y guardias civiles al mando del coronel Ildefonso Puigdengolas.
[2] El 22 de julio las fuerzas republicanas lograron derrotar a los sublevados y reconquistar la ciudad tras una breve pero intensa lucha.
Ortiz de Zárate fue capturado e inmediatamente fusilado.
[1] Tras la contienda, la dictadura franquista le dio a un Hospital de Guadalajara su nombre.